A lo largo de los
años los lobos se fueron extinguiendo y cada vez quedaban menos ejemplares de
la especie. Un día Caperucita recogió la cesta con su escopeta y respectivas
balas y se dirigió hacia el bosque con el fin de cumplir con la rutina de
llevar un nuevo tapado a la casa para su abuelita.
Al llegar al bosque
notó una gran sombra de color negra pegada a un arbusto y rápidamente detectó
que se trataba del último lobo de la especie que quedaba allí, éste al verla
comenzó a escapar haciéndola fallar en el tiro que lanzó a través de su escopeta
calibre 44 bala schweizer. Caperucita comenzó a correrlo hasta que en un
momento dado notó que lo había perdido debido a la alta velocidad que estos
animales son capaces de desarrollar. Rápidamente volvió a su casa a contarle a
su familia lo ocurrido para que la ayudaran a idear un plan para poder cazarlo.
Una vez allí diseñaron un montón de tramperas con las cuales el lobo quedaría
atrapado.
Al día siguiente
Caperucita fue al bosque y las colocó en diferentes rincones cuando de repente
divisó al lobo, por lo cual agarró la escopeta y disparó varios tiros de los
cuales uno se incrustó en una de las patas.
El pobre lobo,
tirado en el piso, no sabía qué hacer y veía que Caperucita se le iba acercando
hasta que llegó hasta él y se lo llevó amordazado hacia la casa de su abuela
para hacer el respectivo tapado. A una cuadra de la misma, el guardabosque
atrapó in fraganti a Caperucita, la detuvo y la llevó a la comisaría con el
lobo herido.
Llegados a la
comisaría nº 33 de Temberley, EEUU Caperucita fue arrestada por seis meses y
condenada a realizar tareas comunitarias. El lobo fue curado y devuelto al
bosque donde vive tranquilo y feliz.
Agustín Idda Abal, Julieta Annan, Fede Zothner, Juan Ferri
No hay comentarios:
Publicar un comentario