había una que otra vez...

Los cuentos que nos contaron contados como se nos canta.

miércoles, 20 de junio de 2012

Pobre Elena




Una vez que Blancanieves se casó con el príncipe, tuvo una hermosa hija llamada Elena y era igual que su madre: tenía el pelo negro y la piel muy blanca como la nieve.

Una tarde, Blancanieves y su amado fueron al bosque a recoger manzanas, por lo que dejaron a Elena sola.

Minutos más tarde, la madrastra, gracias a su espejo, encontró que Elena se hallaba sola en su casa, y como no le agradaba mucho su existencia, decidió ir a buscarla para acabar con ella con sus propias manos. Al llegar al castillo vio que Elena dormía en su cama. Cuando la levantó, la sacudió (lo que hizo que se despertara) y al ponerle la mano en el cuello para ahorcarla, la nena le vomitó encima. La madrastra, toda vomitada, dejó rápidamente a Elena en la cuna, al escuchar que alguien entraba, saltó por la ventana y, lamentablemente, al caer perdió la dentadura.

Blancanieves había vuelto a su hogar porque mientras buscaba manzanas, accidentalmente pisó una cáscara de banana que había tirada en el pasto y casi sale volando. Para la desesperación del príncipe, ahora tenía a Blancanieves lastimada y a Elena llena de vómito media moribunda. En el apuro y sin pensarlo le dio una manzana a su hija para que no se muriera de hambre, pero cuando su hija le dio el primer mordisco, vio que de la manzana salía un gusano asquerosísimo, su primera reacción fue gritar ¡ELENA NO!

De repente entraron los enanos cantando “¡Elena No! No se te ocurra, con la manzana no”. Ahí mismo la levantaron y se la llevaron, todavía cantando.

Después de un largo día de descanso, todos vivieron felices otra vez.
Carolina Quiroga, Bianca Petruzziello, Macarena Santillán, Antonella Recupero

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