Una
tarde, Blancanieves y su amado fueron al bosque a recoger manzanas, por lo que
dejaron a Elena sola.
Minutos
más tarde, la madrastra, gracias a su espejo, encontró que Elena se hallaba
sola en su casa, y como no le agradaba mucho su existencia, decidió ir a
buscarla para acabar con ella con sus propias manos. Al llegar al castillo vio
que Elena dormía en su cama. Cuando la levantó, la sacudió (lo que hizo que se
despertara) y al ponerle la mano en el cuello para ahorcarla, la nena le vomitó
encima. La madrastra, toda vomitada, dejó rápidamente a Elena en la cuna, al
escuchar que alguien entraba, saltó por la ventana y, lamentablemente, al caer
perdió la dentadura.
Blancanieves
había vuelto a su hogar porque mientras buscaba manzanas, accidentalmente pisó
una cáscara de banana que había tirada en el pasto y casi sale volando. Para la
desesperación del príncipe, ahora tenía a Blancanieves lastimada y a Elena
llena de vómito media moribunda. En el apuro y sin pensarlo le dio una manzana a
su hija para que no se muriera de hambre, pero cuando su hija le dio el primer
mordisco, vio que de la manzana salía un gusano asquerosísimo, su primera
reacción fue gritar ¡ELENA NO!
De
repente entraron los enanos cantando “¡Elena No! No se te ocurra, con la
manzana no”. Ahí mismo la levantaron y se la llevaron, todavía cantando.
Después
de un largo día de descanso, todos vivieron felices otra vez.
Carolina Quiroga, Bianca Petruzziello, Macarena Santillán, Antonella Recupero
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